Penelope estuvo
esperando sentada
en el anden de un tren
que su amor llegara
Por meses, por años
sin que se inmutara
en aquel regreso
ella sí confiaba
Pero tanto tiempo
en regresar tardó
que ya en su regreso
ni lo conoció
En cambio Alfonsina
sin tanto esperar
decidió solita
hundirse en el mar
Se fué sumergiendo
pero no iba sola
la acompañó el canto
de las caracolas
Buscaba un poema
nuevo para ella
porque tanta sal
su alma le requiebra
La Viquina sigue
con pena y dolor
aún no ha podido
encontrar su amor
Sin embargo hubo alguién
que vino y se fué
y hace que su vida
sea soñar con él
Logró ser felíz
como pocos más
su vida es un sueño
sin volver atrás
La Viquina, Penelope,
Alfonsina y otras más
Serrat, Luis Miguel y otros
las hicieron inmortal
sábado, 22 de enero de 2011
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